miércoles, 6 de julio de 2011

Ávalon es...

…la isla de las manzanas y las hadas.  El lugar donde reposa el rey Arturo. Una isla mágica. Como amante de todo lo celta, Ávalon es para mí el paraíso. Solo hay un problema, según la leyenda, nadie sabe a ciencia cierta dónde está.
A veces me pregunto si todos esos tumbos que yo he dado por la vida no eran más que intentos de encontrar Ávalon, si no la Ávalon del rey Arturo por lo menos mi Ávalon personal, es decir mi paraíso, mi lugar para establecerme, o simplemente mi lugar.
Soy una eterna enamorada de Barcelona y me apasionan Montreal y Río. De esos tres lugares, ya he vivido en dos y volvería a los dos con los ojos cerrados. He sido afortunada de vivir en Vancouver. He pasado temporadas en Dublín y en St. Andrews. A veces sueño con un post doc en Suecia. Y es que, a pesar de querer establecerme, a menudo me sorprendo planeando mi próximo destino. Siempre me dejo un as en la manga, una posible parada temporal en mi camino hacia el destino final (que creo que será de nuevo Montreal, o Barcelona, o Montreal, o Barcelona, o Montreal…, jajajajajaja).
A día de hoy, mi parada temporal es Ottawa, ciudad a la que llegué contra todo pronóstico y a la que, contra todo pronóstico también, le he cogido un poco de cariño. Vine de visita por primera vez en el 2002 y me pareció una ciudad muerta. Recuerdo que pensé que no viviría aquí ni aunque me hicieran mudarme a punta de pistola. Pero el destino es así, tiene su punto irónico y ocho años después me vi haciendo todo lo posible y lo imposible para que me aceptaran en la Universidad de Ottawa y, por consiguiente, para vivir aquí. Bueno, en Gatineau, que es como vivir en Ottawa pero cruzando un puente y entonces no vives en la provincia de Ontario sino en la provincia de Quebec, que es Canadá pero no es Canadá. Vamos, todo un poco complicado. Pero es que nadie dijo que yo fuera una mujer sencilla ni que encontrar el Ávalon personal fuera fácil. Así que en esas ando.
Ya he amado esta ciudad (Ottawa, no Gatineau)* y la he detestado. Ya me he sentido a gusto y atrapada. Pero cuando me siento bien aquí, me siento muy bien. Siento paz con estar donde estoy y he llegado a pensar que uno puede llevar Ávalon consigo y que Ávalon puede ser el lugar donde estás si sabes disfrutarlo y sacarle provecho. Nunca habría pensado que sería precisamente Ottawa la ciudad que me haría descubrir eso. Pero siempre hay tantas sorpresas en la vida que no por qué eso me sorprende. Y aquí estoy, y aquí seguiré por unos meses al menos, aprovechando que, hoy por hoy, Ávalon es… Ottawa.

*Y es que considero que vivo en Ottawa porque a Gatineau solo voy a dormir.